Ha llovido por primera vez en mucho tiempo. Aquí no tengo ventana, así que escucho la lluvia caer sobre las planchas de plástico. Ha sido con cierta fuerza, como si el clima pudiera cambiar las cosas, pero pronto todo ha vuelto a la normalidad. También por primera vez mi madre durmió en la habitación de al lado, toda la noche. Luego desayunamos leche con galletas y un batido de naranja con zanahoria y kiwi. La fruta la mantuvo sana, piezas aleatorias cada ciertas horas, pero la fruta entera, no el batido que ha probado por primera vez. También es la primera vez en mucho tiempo que acaricia a un perro, que siente que quiere a un animal (el último gatito que estuvo en casa desapareció misteriosamente) y lo duerme en sus rodillas como a un niño y sostiene la correa en la calle. Es la primera vez en mucho tiempo que camina por la orilla del mar y que coge unos palillos, que siente el sabor del jengibre.
Es la primera vez que quiere regresar a su casa, poco a poco, reconocer de nuevo su cuarto donde ha sido tan feliz como desdichada. Volver a una nueva vida ya vivida que empieza por primera vez.