Te busco cada día. A veces noto tu rastro en la mirada de gente desconocida, en las ramas de un árbol delgado y alto, en los ladridos de un perro atrapado en la casa de una familia dueña de su vida. Eres todos los cuentos fantásticos, las noches más estrelladas y los días azules. Estás en cada nota de una canción imposible. Pero no tienes ni principio ni fin, porque mañana ya no serás árbol, perro, noche, día ni cuento. Viajarás en el aire que saldrá de mi ventana hacia cualquier parte.