Nos aterrorizamos ante la posibilidad de que el cielo caiga sobre nuestras cabezas, pero cuando todo acaba, en calma y belleza, disfrutamos de la nieve. Somos así. El sol ya ha convertido en agua el espectáculo blanco que dejó la tormenta. La naturaleza actúa y no entiende de alertas ni de personas. Solo responde a las notas de una sinfonía anónima.
Me encanto lo de sinfonía anónima.
Me gustaMe gusta
😉
Me gustaMe gusta