Whitney Elizabeth Houston dijo una vez que podía ser su peor enemiga. La fama que la catapultó a lo más alto en los 80 y 90 contrasta con el declive progresivo de una de las voces más importantes del pop, una diva del soul, acostumbrada al éxito desde muy joven. Su trayectoria, impecable en premios y reconocimientos de todo tipo, ya forma parte de la historia de la música. Es una pena que haya acabado así, como Amy Winehouse, o Michael Jackson. Hasta las más grandes estrellas están expuestas a la fragilidad de la vida.
Que descanse en paz.